...

No debería pensar "es la última vez que ... "; debería tratar de no hacerlo más.
Pero es muy difícil, carajo, tener todo en la cara y la inteligencia suficiente como para poder agarrarlo sin que nadie se dé cuenta, sin que a nadie le importe demasiado... era todo como una gran vuelta de tuerca a la explotación y abuso permanente que siente cada vez que trabaja.
Entonces podría dejar de trabajar... ni en pedo.
Entonces podría tratar de hacer las cosas de otra manera... ni en pedo.
Entonces nada,
Eso.

Se sentó adelante de la computadora, mientras que su mundo se desbandaba, y ella le cedía el control con fé ciega a su superior. Se sentó en su computadora, para molestarse a ella misma y a los demás, un poco tratando de resolverse la vida, (pobre).

Pero esta vez no pasó nada (por suerte).

Se fue a dormir mientras pensaba en un chico que le gustaba, y en otro, y en otro, y en otro.
Había uno que le gustaba mas que todos, obvio.
Había otros que no le gustaban tanto.
Cuando se quiso acordar ya estaba dormida, soñando.

Una tormenta de personas, de zombies y de sexo explícito le transpiraban la frente.

Se despertó cuando todavía era de noche.
Se vistió, se pidió un taxi.
Una vez sobre el vehículo, discutió con el taxista por alguna ridiculez, como siempre.

Llegó a trabajar.
Desayunó. Ordenó. Evaluó. Esperó. Acomodó. Miró. Programó. Previno. Almorzó. Charló. Fumó. Reorganizó. Anotó. Miró. Planeó. Desarmó.
Terminó.